Si bien es cierto que en el sector industrial hay una gran variedad de productos que también tienen uso habitual en sectores más cercanos a nosotros como puede ser el de los profesionales que ofrecen servicios a particulares y pymes o incluso entre los propios particulares más manitas y amantes del do it yourself (háztelo tu mismo), también lo es que no todas son igualmente complejas a la hora de ser empleadas y por ello en ocasiones se precisa de una pequeña formación o conocimiento previo antes de su uso.
Cómo usar la taladradora eléctrica
En el artículo de hoy vamos a hablar de uno de los productos o herramientas más comunes tanto en el sector industrial como entre los profesionales como carpinteros, lampistas, etc., y a su vez, estando presente en infinidad de hogares de todo el mundo para los quehaceres de aquellas personas que precisan realizar algunos arreglos en casa, nos referimos a la taladradora eléctrica. Este elemento conocido por todos, es uno de los más habituales en cuanto a herramientas de inicio en el sector del bricolaje, etc., no obstante para aquellas personas que no lo tengan tan situado o presente, vamos a hacer una breve descripción de cuál es su funcionamiento básico y su objetivo clave, ya que en base a ello veremos la utilidad que nos puede aportar para nuestros proyectos hogareños o a nivel empresa.
Que tipos de herramientas son las taladradoras
Una taladradora eléctrica, también llamada taladro eléctrico, es una herramienta de trabajo para muchos instaladores y montadores, que basa su funcionamiento en la rotación de un eje gracias a un pequeño motor instalado dentro de su carcasa, comúnmente de plástico para aminorar su peso y hacerlo más llevadero. Este motor que empuja a este eje acaba de acometer su objetivo cuando en colaboración con unos pequeños componentes denominados brocas consiguen realizar agujeros sobre superficies de diferentes composiciones que van desde la madera al metal, siendo estos componentes los que van a determinar la tipología de broca a emplear, ya que como veremos más adelante, cada una de estas brocas dispone de unas particularidades que las hacen idóneas para el perforado de determinados productos y poco funcionales sobre otras.
Procesos de taladrado
Las taladradoras eléctricas no tienen únicamente como objetivo la perforación de superficies, y es que al margen de esta función por la cual comúnmente se la reconoce y por la cual más personas y empresas la utilizan a diario, también tienen gran utilidad como elemento para el atornillado y desatornillado y es que si combinamos el motor anteriormente descrito y de su estructura de plástico, con una punta de destornillador, previamente adaptada al mecanismo de rotación donde instalábamos la broca para la perforación, conseguiremos apretar o aflojar tornillos a mucha mayor rapidez y con mayor efectividad que si lo hiciésemos de forma manual. Los destornilladores habituales implican un esfuerzo físico para conseguir aflojar tornillos, no obstante el uso de este tipo de herramientas lo consigue hacer mediante el esfuerzo del pequeño motor. Esta herramienta unida a esta función se emplea principalmente por profesionales del montaje de muebles como los carpinteros o de maquinaria como electricistas y trabajadores del metal como los instaladores de ventanas, puertas, etc.
Sin duda este tipo de herramientas han conseguido facilitar mucho el trabajo de profesionales muy presentes en todo el mundo, es por ello que las grandes compañías de fabricación de herramientas, han apostado por este tipo de productos, creando diferentes gamas y apostando tanto por la potencia como por la versatilidad. Uno de los puntos más críticos y por tanto que más se están teniendo en cuenta a la hora de lanzar nuevos taladros o taladradoras eléctricas, es por un lado la duración de su batería, ya que ello condiciona directamente el tiempo que puede estar un operario trabajando sin precisar de cableado, corriente eléctrica próxima a su zona de trabajo, etc., así como el peso, y es que en ocasiones, sobre todo para aquellos profesionales que durante más tiempo han de trabajar con esta herramienta, principalmente suelen ser aquellos que lo utilizan más para el atornillado y desatornillado que no para el perforado, acaban sufriendo una sobrecarga si el peso de dicha taladradora es excesivo, ya no tanto por su motor, sino más por su batería en ocasiones muy pesada. Por tanto estos dos puntos serán unos de los más relevantes a la hora de elegir nuestra taladradora, ya que en ocasiones solemos centrarnos en puntos más relacionados con las opciones de trabajar varios materiales (algo que en realidad depende más de la broca), y no tanto sobre cuánto tiempo podremos estar operativos antes de recargar la batería o cuantas horas podremos estar utilizando esta herramienta sin miedo a sufrir daño en nuestro brazo o mano porque no es todo lo ergonómica que debiera haber sido para un tipo de producto así, o porque no hemos tenido en cuenta la variable del peso. También hay que recordar que en ocasiones los fabricantes hacen distinciones entre el peso con batería y sin batería, ya que suelen venderse modelos donde su utilización por batería puede combinarse con la alimentación eléctrica.
Esperamos que os haya gustado este artículo y que hayáis podido aprender más de lo que ya sabíais y mejor si cabe, como es el funcionamiento de los taladros o taladradoras eléctricas, cuáles son sus principales virtudes y como pueden satisfacer tanto las necesidades de particulares como a profesionales de todo tipo, especialmente a estos últimos donde gracias a su funcionamiento rápido y eficaz es capaz de permitirse realizar tareas cotidianas no sólo relacionadas con el taladrado, también con el atornillado y desatornillado, algo que en profesiones como las que hemos visto a lo largo del artículo, realizan en repetidas ocasiones a lo largo de una jornada laboral común, y por tanto aportándoles un gran ahorro de tiempo y esfuerzo. A su vez, recordar que existen características varias a tener en cuenta antes de adquirir nuestro taladro eléctrico ya que su aspecto exterior en ocasiones puede llevarnos a tener la falsa sensación de que existen pocas diferencias entre un modelo y otro.